La pastilla

Telma llegó por la mañana temprano a la clínica muy malita. La dueña nos contó que la noche anterior la había pasado mal, muy débil, y estaba preocupada por ella.
Telma es una cachorrita de Yorkshire de 4 meses de edad. Notamos que no se movía, permanecía tumbada y sin fuerzas siquiera para levantar su cabeza. Toda la energía que en anteriores visitas nos demostró que tenía, como buena cachorra que era, habían desaparecido esa mañana. Incluso el carácter que también había mostrado siempre, como buena Yorkshire que era tampoco aparecía por ningún sitio.
En la exploración detectamos que sus pulmones no estaban funcionando bien. Había algo en el tórax que no le dejaba respirar. Además el color de las mucosas, que debe ser rosa intenso, Telma lo tenía completamente blanco, lo que indicaba que su sangre tampoco estaba realizando bien su trabajo de llevar oxígeno. Cuando tomamos su temperatura encontramos que tenía 33 grados, cuando lo normal en un perro es entre 38 y 39 grados. Sufría un shock hipovolémico, que es una emergencia médica en la que los órganos no están recibiendo el volumen suficiente de sangre y oxígeno necesarios para vivir.
Las radiografías demostraron la presencia de líquido en tórax, que era lo que causaba su problema respiratorio. En su caso, el líquido era sangre.
Pero, ¿qué estaba pasando? ¿Por qué una cachorra de 4 meses, completamente sana, de repente tiene una pérdida masiva de sangre en el interior de su cuerpo?
Llamamos por teléfono a sus dueños para pedirles que vinieran de nuevo para estar con ella porque estaba muriendo.
Lo primero que pensamos fue en que hubiera ingerido matarratas en las horas previas. Por desgracia tenemos bastante experiencia en ese sentido. Pero los dueños nos aseguraron que era imposible.
Les pedimos entonces que pensaran si había podido coger alguna pastilla en la casa o en la calle. Todo hacía pensar que lo que Telma sufría era una intoxicación por anticoagulantes.
Al rato recordaron que en casa había unas pastillas llamadas Sintrom. Es un fármaco para personas que contiene Acenocumarol, un anticoagulante que funciona inhibiendo la vitamina K, necesaria para los procesos de coagulación. Todo encajaba.
Una vez supimos con qué se había intoxicado, le pusimos el antídoto: Vitamina K1. Pero había perdido tanta sangre que tuvimos que hacerle también una Transfusión de Sangre de otro perro. Hace años los veterinarios no podíamos disponer de sangre para hacer transfusiones. Hoy en día, existen bancos de sangre como los de humanos, y disponemos no solo de sangre entera, sino de otros derivados de la sangre como plasma o concentrados que proceden de perros donantes de sangre.
Con el paso de las horas, esta perrita que llegó muriendo, se fue recuperando poco a poco.
Tras 48 horas hospitalizada con nosotros, se marchó a casa completamente curada.
La identificación del fármaco que produjo su intoxicación y el uso de su antídoto, más una transfusión de sangre, salvaron la vida de Telma en sus últimos minutos. En el último momento.

Telma, marchando a casa ya recuperada
Etiquetas: anticoagulantes, intoxicación