Casos y artículos

El pequeño Rey

 

El pequeño Rey pensaba que era el dueño del barrio hasta que un día lo pusieron en su sitio dos galgos que se habían escapado de un criadero ilegal cercano. Los dos canes cazadores, acostumbrados a pasar hambre en aquel miserable lugar, vieron al pequeño Rey correr aquella tarde y se les activaron los instintos de presa. Esos que se activan en cuestión de milisegundos. Echó a correr uno y luego otro, y sin mucho esfuerzo lo atraparon. La dueña del pequeño perro gritó horrorizada en aquel momento y, sacando fuerzas de dentro, consiguió que lo soltaran. Los dos galgos marcharon del lugar sabiéndose inocentes. Después sabríamos que uno de ellos fue atropellado. El otro no debió de ser más afortunado volviendo a aquel criadero ilegal varias veces denunciado.

Cuando llegó Rey a nosotros tenía los pulmones perforados y desgarros graves en todo el cuerpo. El pobre animal no podía respirar y la situación era muy grave. Su dueña se encomendó a nosotros y con lágrimas en sus ojos se marchó.

Aunque la tarde fue difícil, ya habíamos tenido que ver estas situaciones en otros casos y sabíamos qué hacer. A pesar de ello, siempre hay factores que no podemos controlar, pero vino a nosotros rápidamente y eso jugó en su favor.  Resuelto el problema de los pulmones mediante cirugía, se planteaba un problema que aunque no ponía en peligro su vida, sí que era un reto. Había perdido tanta piel en los desgarros que al día siguiente habría que plantear realizar injertos de otras zonas de su piel.

Llamamos por teléfono a su dueña para contarle que estaba estabilizado y que lo más probable era que no fuera a morir. Cuando vino a verlo la siguiente mañana, Rey se puso muy contento.

Explicamos la necesidad de resolver sus extensas pérdidas de piel porque a medio plazo podía producir graves infecciones. Debido al pequeño tamaño del animal, la opción de los injertos era muy difícil y decidimos tratarlo con una sustancia llamada ácido hipocloroso aplicada tres veces al día después de desbridar las zonas.

3 días después marchó a casa y durante las siguientes 10 semanas realizamos la terapia. Sin necesidad de realizar injertos ni operaciones, en 3 meses estaba completamente recuperado.

El uso de ácido hipocloroso combinado con desbridados manuales de pérdidas graves de piel supone un avance médico y una opción donde otras terapias no son posibles.



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